Catalogo Foscarini Maestrie

185 Mastery 184 Maestrie tradujera, sin embargo, en una historia capaz de reconocer e identificar a los protagonistas que han contribuido en la evolución de todo el sector. Actualmente estamos llamados a reflexionar sobre las premisas para una nueva narración. Por razones distintas. La base de esta nueva historia del diseño italiano es la necesidad de explicar e informar sobre el valor de objetos que se proponen a una demanda internacional cada vez más atenta e informada. Si actualmente pensamos en el trabajo artesanal que existe detrás de la producción de lámparas como Mite (así como de otros productos creados en circunstancias similares) es porque el comprador que se acerca a un producto de calidad quiere reconocer los rasgos de una cultura material y de un saber hacer que contribuyen a moldear objetos cargados de sentido y de perspectiva histórica. El saber hacer artesanal que enriquece y completa el trabajo del diseñador es un elemento que otorga calidad a los productos que Italia ofrece al mercado internacional. En un mundo en el que proliferan ideas e intuiciones de todos los tipos, en el que se multiplican hackathon y elevador pitch, es urgente reiterar el papel de realidades como FAPS, capaces de enriquecer y desarrollar intuiciones y proyectos pensados por el diseñador. La construcción del prototipo es un ejercicio que no se limita a contribuir en la calidad del producto final. Lo que demuestra la historia de Mite, al igual que otros proyectos similares, es que la contribución de estos artesanos incluye también una evaluación de factibilidad técnica y económica a nivel del proceso productivo. Lo que se presenta al mercado no es sólo algo coherente y funcional. Es también un producto que mantiene su rentabilidad gracias a procesos y técnicas manufactureras sostenibles desde un punto de vista de los materiales utilizados y del trabajo realizado. Quien contribuye a dar forma al proyecto es también quien será llamado luego a gestionar la producción de un determinado producto, en pequeña o gran serie. De la atención a la dimensión de la factibilidad manufacturera emerge la sostenibilidad económica del fabricante. Ni que decir tiene que el tercer factor de éxito de un producto de calidad es el esfuerzo y la atención que el cliente dedica al desarrollo del proyecto. El binomio diseñador/ prototipador encuentra ayuda y apoyo en el cliente. Esta habilidad de hacer crecer una idea para hacer que se convierta en un producto precisa un esfuerzo que no se puede infravalorar. El papel y la presencia del empresario/editor es crucial en las conversaciones que tienen lugar, durante todas las fases, entre proyectista y desarrollador. Los productos innovadores necesitan un ejercicio de desarrollo y definición que es el resultado del encuentro entre perspectivas y saberes distintos. A la empresa que presentará un determinado producto en el mercado le corresponde la tarea de renovar de forma constante el compromiso de las partes, sin perder de vista las solicitudes de la demanda, los canales de distribución y el papel de los medios de comunicación. Levantar el telón Para conseguir que el valor de un proyecto como Mite, y en general de gran parte de la producción de empresas como Foscarini, sea explícito, es necesario superar el binomio empresario-diseñador para destacar el saber hacer de matriz artesanal que es la base de la fortuna de una gran parte del mobiliario de calidad Made in Italy. No se trata, obviamente, de faltar al respeto al gran número de empresarios y diseñadores que han hecho la historia del mueble en Italia. Se trata más bien de enriquecer el cuadro propuesto hasta este momento para introducir un componente infravalorado durante mucho tiempo. Ha llegado el momento de reconocer un elemento capaz de caracterizar una creatividad y una prolificidad difícil de explicar, un factor sobre el que ha sido y es posible basar objetivos económicos que, en caso contrario, serían difíciles de desarrollar en las formas de la industria tradicional. Para una empresa como Foscarini, reconocer y resaltar el papel de sus propios proveedores, en la fase de desarrollo del producto y en la fase de producción, son pasos importantes. Hemos pensado durante mucho tiempo que era posible construir una reputación de empresa desvinculada de la dimensión del hacer. Durante años hemos considerado la marca, que sintetiza los valores y las aspiraciones de la empresa, como un verdadero telón; el mundo de la producción se ha negado a la vista del consumidor final porque era demasiado desordenado, complejo, problemático para ponerlo en escena, quizá frente a una demanda internacional. Los tiempos han cambiado. Quien compra un objeto de diseño quiere saber por qué un objeto cuesta más que otro, conocer las razones que justifican su valor. Ya no se conforma con una promesa genérica de calidad repetida miles de veces en las páginas publicitarias de periódicos patinados. Quiere ir más lejos. Quiere conocer la efectiva calidad de un determinado producto y de un determinado proceso productivo. Quiere conocer los valores y la cultura que han hecho posible una determinada manufactura, quiere poder entender a las personas y los lugares que han contribuido a su génesis. Esto no significa que la marca sea un concepto obsoleto. Al contrario. Lo que actualmente nos parece inexorablemente superado es la forma con la que muchas empresas han construido una imagen de sí mismas independientemente de los esfuerzos y del compromiso de muchos protagonistas que están lejos del proscenio. En el mundo del mobiliario, la posibilidad de explicar y destacar la pasión, el compromiso y el saber hacer que han permitido el nacimiento de un producto como Mite, aparece actualmente como un elemento constitutivo del valor del proyecto y del producto en su conjunto. El telón se levanta. La explicación se anima. Hay una nueva historia para explicar. No, en realidad hay más de una. Porque cada producto que Foscarini ha colocado en el mercado ha conocido incertidumbres, errores, itinerarios interrumpidos que actualmente vale la pena explicar al público, puesto que forman parte de una experiencia que es la historia de una empresa. Son el origen del cuidado y de la pasión con los que se fabrican sus productos. Saber hacer artesanal y modernidad Rodolfo Dordoni fue el director artístico de Foscarini del 1988 al 1993. Un tiempo breve para imprimir una dirección unívoca a la producción de la empresa en su conjunto, pero suficiente para desarrollar en primera persona algunos proyectos capaces de marcar el camino seguido por la empresa de Venecia. Se trata de años en los que algunos protagonistas de la iluminación ya habían configurado estrategias originales, demostrando que se podían imponer en el sector con opciones fuertes e innovadoras. También empresas ESP → Maestrías — En la cuarta revolución industrial, el diseño italiano estaba llamado a renovar su “humanismo” superando la idea de producción como único desafío tecnológico. “No se puede hacer” — Por qué este libro — Carlo Urbinati, Foscarini Founder and President p. 004 Foscarini crea ideas de diseño y de luz, que nacen de la libertad de investigación, expresión y desarrollo, sin ningún vínculo productivo. Foscarini es en efecto, desde su fundación, una empresa sin fábrica y libre de explorar materiales y técnicas productivas adecuadas para desarrollar cada nueva idea, confiando en las excelencias artesanales que expresa su territorio. A veces sucede que la presentación de uno de nuestros proyectos obtiene un perentorio “no se puede hacer”. Para nosotros de Foscarini esta respuesta nos confirma que estamos siguiendo el camino justo, porque hemos aprendido que a menudo significa, en realidad, “no lo hemos hecho nunca”. Con la ventaja de no conocer el porqué, empezamos a experimentar juntos las oportunidades, los secretos y las trampas de tecnologías antiguas o recientes. Este libro explica cómo se han convertido, algunas de estas ideas, en productos de éxito, y lo hace a través del proyecto fotográfico de Gianluca Vassallo y las contribuciones críticas de dos expertos, Stefano Micelli, economista y Manolo de Giorgi, crítico de diseño. A ellos les hemos pedido que representen el encuentro entre Foscarini, los diseñadores y las excelencias artesanales, la auténtica riqueza del diseño italiano “Made in Italy”. Nos fascinan desde siempre las cosas extraordinarias que se pueden hacer con las manos y por el hecho que demasiado a menudo nos olvidamos de cuánto son atractivas e importantes. Crear diseño — Stefano Micelli, p. 008 La creación de una lámpara Para entender cómo se creó la lámpara Mite me entrevisté con Marc Sadler en la sede de FAPS, la empresa de Fiume Veneto en la provincia de Pordenone (Italia), que es donde la lámpara tomó forma y donde todavía se fabrica en la actualidad. El trabajo de diseño y desarrollo de Mite se remonta a finales de la década de los 90. El proyecto se inspiró en las posibilidades que ofrecían materiales innovadores como la fibra de vidrio y de carbono. Sadler ya había puesto a punto un prototipo, un poste que en la parte superior incorporaba el faro de un automóvil. Se trataba simplemente de una idea que merecía desarrollarse con quien estos materiales los conocía y los sabía transformar. Empezamos nuestra conversación en la pequeña sala de reuniones cerca de la entrada de la sede, pero a los pocos minutos nos desplazamos para ver de cerca algunos trabajos que dan forma a la lampara todavía en la actualidad. Nos acompañaron Mauricio Onofri, propietario de FAPS, y Giorgio Valeri, que en estos años ha seguido todas las experimentaciones de Sadler. Observar de cerca las máquinas que los técnicos de FAPS han sabido personalizar, seguir las elaboraciones de las trabajadoras que, como costureras, extienden la fibra de la Mite antes de su paso en la autoclave, asistir a las fases de la puesta a punto final del producto, fueron actividades que contribuyeron a iluminar la comprensión del proyecto. Un paso atrás para entender quién es FAPS. FAPS es una empresa que a finales de la década de los ochenta apostó por los materiales compuestos que, en aquella época, eran una novedad absoluta. Tras razonar sobre todos los usos posibles de estas innovaciones, la empresa decidió invertir en la producción de cañas de pesca deportivas: varillas de hasta quince metros de longitud que se caracterizaban por una gran rigidez y ligereza. La producción de cañas de pesca, junto con otros trabajos por cuenta de terceros en fibra de carbono, representó durante años la actividad fundamental de esta empresa emergente ante litteram. A final de la década de los noventa, surgió la oportunidad de utilizar los materiales compuestos también en el sector del mobiliario. Las posibilidades de la fibra de vidrio y de la fibra de carbono dejaron de ponerse sólo al servicio de trabajos técnicos especiales y se utilizaron para oportunidades distintas, como por ejemplo la de desarrollar una estética innovadora. En este contexto inició la colaboración con Foscarini y con Marc Sadler. Mientras caminábamos entre las máquinas y los artesanos de FAPS, Sadler nos explicó los enfrentamientos y la pasión con la que el empresario siguió tres años de experimentación agotadora pero emocionante. Es difícil imaginar una multinacional, con un control de la gestión férreo, apoyar un itinerario experimental tan exigente y costoso. Se necesitan –nos recordó Sadler – importantes “picos de irracionalidad” para descubrir las posibilidades de un material y de una tecnología. Se necesitan sábados pasados a pensar en prototipos alternativos y veladas dedicadas a recorrer caminos poco trillados. Para triunfar en la tarea se necesitan pasión y tenacidad. Y no sólo eso. Se necesita una empresa – en este caso Foscarini - que sea capaz de establecer vínculos económicos y temporales para que este esfuerzo tenga como finalidad la creación de un producto destinado al mercado y que no se convierta en una diversión para aficionados. Después de tres años de esfuerzo, de experimentación con materiales y prototipos que definieron gradualmente el producto final, nació la lámpara Mite que ganó el Compasso D’Oro en el 2001. Marc Sadler ha hablado siempre de la importancia del trabajo efectuado en FAPS y ha reconocido siempre los méritos de los colaboradores que han contribuido tanto para dar forma y calidad a su proyecto. El suyo ha sido un papel fundamental que, a menudo, el gran público conoce poco y cuyo valor, en la mayor parte de los casos, está culpablemente infravalorado. El retorno de un protagonista La historia de la lámpara Mite no es especialmente original respecto a las vicisitudes del diseño italiano. El desarrollo de nuevos productos por parte de diseñadores consolidados ha podido contar siempre, en nuestro país, con una oferta sorprendente de capacidades relacionadas con el desarrollo de prototipos. La presencia de muchas pequeñas empresas y artesanos ha hecho posible pasar rápidamente de una idea de proyecto a una manufactura tridimensional. Es lo mismo que ha sucedido en el mundo de la iluminación, que ha utilizado también materiales tradicionales como el vidrio soplado y materiales innovadores como los compuestos. Durante años, la contribución de este saber hacer ha sido un factor esencial en el desarrollo del diseño italiano sin que esto se

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